Gardel
Para mí, lo inventamos.
Seguramente fue una tarde de domingo,
con mate,
con recuerdos,
con tristeza,
con bailables bajito, en la radio,
después de los partidos.
Seguramente nos dolía una foto en la pared,
algún no tengo ganas,
algún libro.
Yo creo que andaríamos así,
sonsos de aburrimiento,
solitariando viejos para qués,
sin mujer o sin plata,
y desabridos.
Seguramente nos sentimos de golpe
terriblemente solos,
muy huérfanos, muy niños.
Tal vez tocamos fondo.
Tal vez alguien pensó en el amasijo.
Entonces, qué sé yo,
nos pasó algo rarísimo.
Nos vino como un ángel desde adentro,
nos pusimos proféticos,
nos despertamos bíblicos.
Miramos hacia las telarañas del techo,
nos dijimos:
“Hagamos pues un Dios a semejanza
de lo que quisimos ser y no pudimos.
Démosle lo mejor,
lo más sueño y lo más pájaro
de nosotros mismos.
Inventémosle un nombre, una sonrisa,
una voz que perdure por los siglos,
un plantarse en el mundo, lindo, fácil,
como pasándole ases al destino”.
Y claro, lo deseamos
y vino.
Y nos salió morocho, glorioso, engominado,
eterno como un Dios o como un disco.
Se entreabrieron los cielos de costado
y su voz nos cantaba:
mi Buenos Aires querido...
Eran como las seis,
esa hora en que empiezan los bailables
y ya acabaron todos los partidos.
Humberto Constantini
Cuentista, novelista y autor teatral, participó desde joven en revistas de tono polémico. Entre 1963 y 1975 publicó "Un señor alto, rubio, de bigotes", "Tres monólogos", "Más cuestiones con la vida", "Una vieja historia de caminantes", "Háblenme de Funes", "Los héroes de Trelew", y "Bandeo". En 1976 se exilia en México.
Regresa al país en enero de 1984. Su novela "De dioses, hombrecitos y policías" (Premio Casa de las Américas 1979), fue traducida al inglés, alemán, hebreo y búlgaro. Dejó inconclusa su novela "Rapsodia de Raquel Liberman". Falleció el 7 de junio de 1987.
Audio: recitado por el actor Arturo Bonin, tomado del programa radial El Desconcierto del Domingo, de Quique Pesoa.
Imagen: Caricaturas del autor y de Carlos Gardel por el caricaturista Diego Parpaglione (ParpaBlogspotCom).
Para mí, lo inventamos.
Seguramente fue una tarde de domingo,
con mate,
con recuerdos,
con tristeza,
con bailables bajito, en la radio,
después de los partidos.
Seguramente nos dolía una foto en la pared,
algún no tengo ganas,
algún libro.
Yo creo que andaríamos así,
sonsos de aburrimiento,
solitariando viejos para qués,
sin mujer o sin plata,
y desabridos.
Seguramente nos sentimos de golpe
terriblemente solos,
muy huérfanos, muy niños.
Tal vez tocamos fondo.
Tal vez alguien pensó en el amasijo.
Entonces, qué sé yo,
nos pasó algo rarísimo.
Nos vino como un ángel desde adentro,
nos pusimos proféticos,
nos despertamos bíblicos.
Miramos hacia las telarañas del techo,
nos dijimos:
“Hagamos pues un Dios a semejanza
de lo que quisimos ser y no pudimos.
Démosle lo mejor,
lo más sueño y lo más pájaro
de nosotros mismos.
Inventémosle un nombre, una sonrisa,
una voz que perdure por los siglos,
un plantarse en el mundo, lindo, fácil,
como pasándole ases al destino”.
Y claro, lo deseamos
y vino.
Y nos salió morocho, glorioso, engominado,
eterno como un Dios o como un disco.
Se entreabrieron los cielos de costado
y su voz nos cantaba:
mi Buenos Aires querido...
Eran como las seis,
esa hora en que empiezan los bailables
y ya acabaron todos los partidos.
Humberto Constantini
Cuentista, novelista y autor teatral, participó desde joven en revistas de tono polémico. Entre 1963 y 1975 publicó "Un señor alto, rubio, de bigotes", "Tres monólogos", "Más cuestiones con la vida", "Una vieja historia de caminantes", "Háblenme de Funes", "Los héroes de Trelew", y "Bandeo". En 1976 se exilia en México.
Regresa al país en enero de 1984. Su novela "De dioses, hombrecitos y policías" (Premio Casa de las Américas 1979), fue traducida al inglés, alemán, hebreo y búlgaro. Dejó inconclusa su novela "Rapsodia de Raquel Liberman". Falleció el 7 de junio de 1987.
Audio: recitado por el actor Arturo Bonin, tomado del programa radial El Desconcierto del Domingo, de Quique Pesoa.
Imagen: Caricaturas del autor y de Carlos Gardel por el caricaturista Diego Parpaglione (ParpaBlogspotCom).
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